martes, 1 de diciembre de 2009

El día que hicimos la transición

"—Lo tengo —dijo en voz alta José Luis para llamarnos la atención.

Todos nos agolpamos alrededor de su consola. Los ordenadores habían encontrado el punto del cambio. En su pantalla tenía la portada de El País del 28 de febrero de 1977. En la versión que teníamos en nuestra base de datos, la versión de la historia tal y como había sucedido originalmente, los titulares eran los usuales de la época: huelgas, manifestaciones, declaraciones del gobierno. En la versión que traíamos del exterior sólo había un titular que ocupaba todo el ancho de la primera página: Carrillo asesinado. El periódico del día anterior era idéntico a nuestra versión pero el del día siguiente tenía esa ominosa noticia que había eclipsado a todas la demás.

—Ésta es nueva, ¿no? —comentó Rudy.

Nadie le contestó, en realidad no buscaba que nadie le respondiera.

—Pobre hombre, sólo le faltaba esto. Ya le han hecho de todo —continuó Rudy.

Durante el entrenamiento nos enseñan muchas de las tretas utilizadas para cambiar el pasado. Casi todas coinciden en el mismo esquema, simplemente matar a algún personaje conocido. Casi siempre se trata de las mismas personas: Hitler, Stalin, Kennedy... Pero Rudy tenía razón, aún no habían probado a asesinar a Carrillo en esa entrevista, era curioso teniendo en cuenta la cantidad de veces que el mandatario comunista era manipulado en un sentido u otro."


El día que hicimos la transición es un relato de viajes en el tiempo de Ricard de la Casa y Pedro Jorge Romero ambientado en España y finalista en los premios Ignotus de 1998. Podéis (debéis) leerlo íntegro en esta página.

3 comentarios:

Diego dijo...

Ya lo había leído, pero siempre está bien recordarlo porque la verdad es que es un bombazo.

PD: Añadí un puñadico de canciones a la lista de "Lo que no ponen en garitos".

Pedro dijo...

Gracias.

Nimendil dijo...

Es un buen relato. Y una vuelta de tuerca para un tema tan gastado en este pais. Yo lo leí en una recopilación de relatos de viajes en el tiempo donde se codeaba con relatos de Dick, Asimov, Bradbury, Heinlein y demás muchachada. Y da la talla.