En el siglo XXII la humanidad cuenta con el desarrollo tecnológico suficiente para empezar colonizar territorios más allá de la Tierra. La nave Dark Star se dedica a limpiar el camino a los colonizadores bombardeando planetas inestables que podrían poner en peligro la misión. En esta nave viajan cuatro miembros de la tripulación, quienes, solos en el espacio desde hace dos décadas, empiezan ya a mostrar ligeros síntomas de locura. Les acompañan en su periplo el ordenador de la nave (una suave voz femenina), un puñado de bombas inteligentes con las que destruyen sus objetivos y alguna que otra sorpresa.
Dark Star es el primer largometraje de John Carpenter con guión del también primerizo en aquella época Dan O'Bannon. Esta comedia de ciencia ficción parodia elementos de 2001: una odisea en el espacio, recoge otros de las novelas de Philip K. Dick y su parte central es la precursora de Alien, el octavo pasajero, que a la postre fue escrita por Dan O'Bannon unos años más tarde.
La muerte de O'Bannon el día 17 de este mes supone el adiós a un grande de la ciencia ficción, aunque haya sido Brittany Murphy la más llorada en los medios estos días por otras razones. Desafío total, Alien o El regreso de los muertos vivientes (esta también como director) no habrían visto la luz sin él.
Es el propio O'Bannon quien protagoniza la secuencia en la que la mascota de la nave, un curioso alienígena, escapa de su jaula y recorre la nave de cabo a rabo mientras un miembro de la tripulación le persigue. El alien pondrá en unos apuros (muy cine mudo) al astronauta, que no serán difíciles de reconocer en la versión madura y seria que firma Ridley Scott.
Efectivamente: el prototipo del monstruo de Alien es una pelota de playa
Pero no solo por su legado y por este Charlot interestelar merece la pena Dark Star. Carpenter y O'Bannon construyen una sencilla, divertida e interesante historia con muy poco dinero que todavía hoy, a pesar de que rechinen algunos de los efectos especiales, vale la pena revisar y ver por primera vez si es el caso. La estética de la cinta, reforzada por la banda sonora cuyo tema principal bien podrían haber compuesto los Creedence Clearwater Revival, mete al espectador de lleno en ese espacio estelar al estilo setentero que no apetece abandonar cuando acaba la película. Además, los lectores de P. K. Dick y Ray Bradbury reconocerán elementos de las historias de estos escritores en el film.
A pesar del subtítulo que le cascaron en la traducción al español (Aluniza como puedas) Dark Star no tienen mucho que ver con otras comedias paródicas de Leslie Nielsen y a ratos reflexiona sobre la soledad en la que viven los protagonistas o la consecución de metas que dan sentido a la vida. No es una comedia al uso, no es una película de ciencia ficción al uso, es DIFERENTE y encontrar algo diferente hoy ya es un logro.
Y si bien está lo que bien acaba, esta película no iba a ser una excepción. Cuando aquí hablan de bombas inteligentes se refieren a, realmente, bombas que discurren, que piensan y que responden a estímulos. Si en 2001: una odisea en el espacio era Hal, el ordenador, el avance tecnológico, quien ponía en aprietos a los protagonistas, aquí es, en general, todo software o hardware de la nave el que funciona defectuosamente (excepto el ordenador central, que lo único que hace es avisarles de que todo va mal). La bomba inteligente número 20 la que pone la puntilla, un ingenio científico al que hay que convencer mediante la fenomenología de que no debe explotar.
No dejéis pasar la oportunidad de echarle un ojo a esta rareza que, apesar de las puntuaciones que ostenta en la imdb y filmaffinity merece mucho la pena.
1 comentario:
Jajajaja, pues me la has vendido bastante bien... así que habrá que intentar pillarla.
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