El Pepino Marino atraca en la UCM

En realidad atracó hace más o menos un mes, pero para formar la "primera impresión" se ha necesitado algún tiempo.


Sí, es fea de cojones. Si le pones dos chimeneas es como uno de esos barcos a vapor tan chulos que salen en las películas. Pero se le coge cariño rápidamente. Sobre todo cuando vas por primera vez y no sabes dónde cojones está nada. Está hecha basándose en una de las mazmorras usadas en el Dungeons 'n Dragons 3.5, pero eso lo veremos más adelante.

Mi clase está en el 5º piso, lo cual tampoco es tanto como parece, pues la distribución (¿estúpida?¿ilógica?) hace que, por ejemplo, que la distancia entre la planta baja y el piso 3º sea casi la misma que la distancia entre el 4º y el 5º.

En la clase caben unas ciento sesenta o ciento ochenta personas, más o menos, pero en la lista somos ciento veinte, de los cuales a clase van, aproximadamente, ochenta o noventa, dependiendo de las asignaturas.

Tenemos seis asignaturas, todas anuales. No es mucho. Y cuando ves lo que hacemos en ellas, parecen menos todavía. Salvo comunicación audiovisual, el resto son de coger apuntes y, de vez en cuando, de hacer alguna práctica, pero sin cansarnos mucho. Contrasta en gran medida con mis queridos camaradas de física o alguna ingeniería. Al final iban a tener razón, y hay unas carreras más difíciles que otras, y no es que simplemente "cada una sea de una forma". Nosotros no tenemos prácticas de varias horas, ni parciales en noviembre, pero también sufrimos, ¿eh?
Más se tocan los cojones los de turismo, o los de magisterio (estos últimos bailan, cantan y hacen collages en
clase, como auténticos universitarios hechos y derechos que son).
Con estas asignaturas petardo que tenemos (en realidad los contenidos son muy interesantes, pero es que no hacemos NADA) es normal que la cafetería y el cesped (cuando hace buen tiempo) estén a rebosar de aspirantes a juntaletras que se drojan, porque no tienen otra cosa que hacer.
Es lógico, por tanto, que tengamos las peyas más justificadas que en otras carreras. No es culpa mía, yo no pensé nada de esto. Y si la gente va borracha y fumada a clase, será porque les dejan. Adónde va, señor, la juventud española.

Además, desde la propia institución nos incitan a drojarnos (alucinante ese cartel que pone "Alcoholismo en periodismo", digno de Bécquer o Quevedo), y se nos suminiestran bebidas "isotónicas" fácilmente, como quien no quiere la cosa. Las fiestacas se suceden día sí, día también, con excusas muy curradas como la apertura del curso, la presentación de la tuna (o algo así) o... bueno, podéis inventar vuestras propias fiestas. El día de la infancia, el día del cáncer de mama, el día del disfraz de gorila...

Por otro lado, la juventú juntaletras abarca un espectro muy amplio; no en vano somos más de quinientos, y hay de todo: mucha pija, gafapastas, algún reducto de punkis y jevis, bakalas, seres indefinidos e indefinibles... pero lo más curioso es que una gran parte no están ahí porque de verdad querían hacer eso. En mi clase hay un tipo que puso periodismo como quinta opción, y ahí lo tenemos (en realidad ya solo se pasa cuando se organiza un partidillo pero...); luego está otra que me dejó flipado: quería hacer magisterio, luego pensó en psicología (porque los niños la iban a volver loca), pero se dio cuenta de que en psicología también se iba a volver tarumba, así que se decidió por criminología (?) pero como no quería ir a una privada, se metió en nuestra carrera. Con dos cojones.




¡Va, chavales, que lo tenemos muy fácil! Esos de ahí arriba son los profesionales actuales... excepto una piba que dijo que su periodista favorito era Losantos y un 80% de los matriculados, el resto de nosotros acabaremos dándolo todo en los medios. Ese era el dato que daba uno de los profesores, que tiene pinta de ser un hombre muy sabio y tal, y yo me lo creo.

Ya hemos empezado a darlo todo con la radio. Concretamente hoy hemos hecho nuestras primeras pruebas. Nos han dado muchos puntos de experiencia, porque para encontrar el jodido estudio nº4 hemos tenido que interactuar con un huevo de personajes que por allí circulaban, así como bajar a las profundidades de la mazmorra. No sé si hemos subido de nivel, pero encontrar el sitio, lo hemos encontrado.

Como no venía ningún colega técnico a echarnos un cable, hemos empezado a toquetear las cosas (¡qué de trastos tienen las mesas de mezclas!) y hemos puesto en marcha el cotarro. Luego lo hemos apagado, cuando ha entrado el profe, y hemos estado grabando.


La verdad es que es LA POLLA. Metes ahí a uno de agrónomos y se lo pasa igual de bien que nosotros. Estoy deseando que sea miércoles otra vez para bajar al dungeon y ponernos a grabar "en serio". Pero hasta entonces, seguiremos tomándonoslo con calma. Que no es plan de forzar la máquina demasiado pronto.