Debo confesar que no he leído los libros, así que este comentario solo atiende a elementos vistos en la película Luna nueva. Y solo atendiendo a ellos me reafirmo en mis prejuicios, ahora ya contrastados: la película no tienen ningún interés si no eres seguidor de la saga Crepúsculo, y siendo seguidor más de uno debería plantearse qué es lo que está viendo, porque hay elementos vergonzosos (y no me refiero al trato que se da al mito del vampiro).
Me pregunto cómo es posible que alguien se identifique con los personajes. Entiendo que la película sea “para chicas” (más bien para algunas chicas, no para todas, por suerte) y que los torsos desnudos de los protagonistas, que buscan cualquier excusa para lucir musculatura de gimnasio (uno) y pálida escualidez (el otro) sean una constante, pero no me puedo creer lo poco cuidados que están los personajes femeninos, apenas unos cuantos estereotipos bastante tristes, con los que espero que ninguna mujer se sienta identificada.
Bella es la chica más dependiente sobre la faz de la tierra. Su vida gira alrededor de su amor por Cullen y está decidida a dejar atrás a amigos y familia, que no significan nada para ella en comparación con el vampiro, si fuese necesario. Cuando Edward la abandona (con el viejo truco de enfadarla tanto que no quiera volver a verte, alejándola así del peligro que supone estar a tu lado, por su bien, truco aquí empleado de forma bastante lamentable y poco creíble) la chavala entra en una depresión profunda que dura meses. Termina buscando el cariño que le falta en Jacob, un indio melenudo que termina cortándose el pelo (para las fotos de promoción de la película, claro), pero en realidad ella sigue queriendo a Edward Cullen. Pronto empieza a tener visiones de Edward, quien empieza a actuar como un ángel de la guarda cuando un peligro acecha a la muchacha, lo que hace que Bella se involucre en acciones cada vez más arriesgadas a fin de volver a ver a su querido vampiro. Aunque por un momento parece que la película se va a volver un poco Crash (Cronenberg, 1996) al final la cosa se queda en un coscorrón en moto y poco más.
El resto de chicas que tienen más de dos minutos en pantalla son Alice, interpretada por Ashley Greene, personaje totalmente prescindible que está ahí para llevar a Bella al enfrentamiento con los malos y poco más, y Dakota Fanning con dos kilos de maquillaje con los que aparenta cinco años más de los que tiene y que se limita a acatar las órdenes de los vampiros superiores de forma sumisa. Y ya.
A pesar de todo esto ¿funciona la película? No, tampoco. Esta es una película de personajes, y si estos resultan ser más planos que las hojas de los libros en los que aparecen es imposible sacar nada bueno de ella. Entiendo que las (y los) fans de la saga sepan a lo que van y acepten Crepúsculo con sus limitaciones, pero el resto del mundo puede pasar por alto estas dos horas y media de culebrón en lo que lo más ardiente son dos besos (dos, en serio) que se dan Edward y Bella al principio. La forma de expresar el amor que sienten el uno por el otro consiste en utilizar frases a cual más azucarada, sentida, pretendidamente profunda y en general bastante cabreantes, dando la impresión de ser una especie de Romeo y Julieta bastante cutre, desesperante y risible a partes iguales que haría morirse de la vergüenza a la persona más cursi del mundo.
No encuentro nada que pueda motivarme a recomendar este producto. Como mucho, las risas que se produjeron con la última línea de la película y que no me resisto a comentar (si tienes muchas ganas de ver la película sin saber cómo acaba aquí se termina la crítica para ti). Para todos los demás: Edward le pregunta a Bella si quiere casarse con él después de aceptar que ella quiere convertirse en vampiro por estar con él y que será él mismo quien le de el mordisco. O sea, el tipo le va a dar el beso que la transformará en vampiro, va a condenarla a una eternidad de sufrimiento, seguirán el uno al lado del otro para siempre pero, de todas formas, quiere casarse con ella. ¿No es convertirla en un monstruo inmortal bastante prueba de su unión más allá de las barreras del tiempo? “Las cosas hay que hacerlas bien”, habrá pensado el bueno de Edward, y eso significa que la unión no debe ser únicamente de facto, sino también a los ojos de Dios, no sea que acaben viviendo en pecado. Apaga y vámonos.