John Rambo

Crítica rápida y sin destripar:

Esto es Rambo que va y arma la de Dios por una rubia. Y sin embargo, la película mola.

Crítica pausada y destripando:

Qué locura de película. Eso es justificar un "no recomendada para menores de 18 años" y lo demás gilipolleces. Eso sí, la gente es gilipollas y sigue llevando a los niños pequeños como si fuesen a ver una de Pluto y Goofy.

Jugando al escondite inglés

La primera escena, justo antes del rótulo de la película, ya deja claro que va a ser fuerte de cojones, y sobre todo, cruel.

Tras presentarnos a Rambo rápidamente (la verdad es que daba un poco igual, porque después de la campaña publicitaria no se necesitaba mucha presentación) y a los voluntarios a los que el tío John lleva a la zona de guerra para echar una mano, nos encontramos con una de las salvajadas más salvajes ever seen: la masacre del pueblecito.

Antes de esto, claro, a Rambo le han tenido que convencer para llevarles a la zona peligrosa, porque él no quiere arriesgar al personal. Lo consigue una rubita, y es que Rambo es un hombre tierno, en el fondo, y ella le toca la fibra sensible.


La masacre del pueblecito. La hostia. Que Rambo mate malosos uniformados haciéndoles explotar con sus flechas-bomba está guay, es divertido y te partes, pero que los masacrados sean niños indefensos no es tan gracioso. Y a ver si os creéis que el tipo se dedica a insinuar lo que pasa... no, no, no... se ve perfectamente cómo la gente explota, revienta, pierde las piernas, los brazos, la cabeza, es acribillada sin compasión... una bestialidad.

A los voluntarios (a los que no matan) los secuestran, y envían un grupo de mercenarios a buscarles. Rambo no se lo piensa y les acompaña. Y aunque no le dejan acompañarles, al final se une a la fiesta.

La escena de la infiltración en el campamento de los bad guys para rescatar a los supervivientes es cojonuda, la tensión está muy bien lograda y te mantiene pegado al asiento, al igual que la huída posterior, que culmina en La Batalla (tm)

Dios mío... qué batalla... qué de hostias... qué bestialidad... cabezas reventando, pinchos de merluza (dos tipos atravesados por la misma bala), y Rambo utilizando un puto cañón que, literalmente, parte a la peña por la mitad. Acojonante. Pero está bien rodada, te enteras de lo que pasa, el cámara no tiene un tic y se distingue la acción, lo que pasa, los trozos de carne volando. Esas cosillas.

¿¿QUE TIENES COBERTURA?? ¡¡¡MIRA POR DÓNDE ME PASO TU COBERTURA!!!

Y Rambo, vuelve a casa, como en la primera parte. En plan bonito.

Entonces, termina la película. 90 minutos. Como en los viejos tiempos, antes de que se creyesen que por hacer una peli de 146 minutos eran más guays.

Ya sabéis: si tenéis hermanos, primos o sobrinos pequeños, si conocéis a gente muy sensible o con problemas del corazón... llevadles a ver la película. Os lo agradecerán.