La mismísima encarnación del mal es un terrorífico camionero (Bruce Campbell) que recorre Estados Unidos dejando tras de sí un reguero de muerte y destrucción en las carreteras más inhóspitas del país. Sus objetivos favoritos son los jóvenes despreocupados que viajan por placer, víctimas fáciles que satisfacen sus más bajos deseos. Todo cambiará cuando se tope con una pareja de estudiantes (Sophie Bennett y Shia LaBeouf) y el hermano camello de ella (Joe Jonas) quienes, da la casualidad, en ese momento regresaban a casa y dejan la carretera a las tres millas de haberse iniciado la persecución.
La película de género dura 20 minutos porque si los chavales no se tiran a la carretera el malo no les puede dar caza, y ni hay sangre ni hay nada. ¿Cómo se iba a imaginar el camionero que iba a pillarles de regreso y no de ida? ¡Ni que tuviese que saberlo todo! Después del desplante de estos tres cabritos nuestro malvado protagonista, con todos sus esquemas trastocados, reflexionará sobre la vida, la muerte, su papel en el mundo y qué habría pasado si aquel día de 1973 se hubiese enfrentado a los compañeros de clase que se metían con él y le provocaron el trauma.
Total, que de slasher a drama y cine de autor en un abrir y cerrar de ojos. Pues vaya.
Nota: 10 en concepto, 4 en ejecución, que vaya gana de ver a un tío preguntándose quién es y adónde va sin que pase nada en la hora y media que dura.
3 comentarios:
A mi lo que me gusta no es la parte killer, sino el drama existencial que propone, que profundiza en los más insondables secretos del alma humana y en el concepto mismo del mal.
Te noto... defraudado
La vi dos veces. A la segunda no la entendí.
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